domingo, 20 de enero de 2013

Junto todo el coraje que le quedaba, tomo su lapicera y empezó tímidamente a escribir, aquello que por cobardía  o ese miedo existencial de creerse vulnerable, vulnerable a la magia de esos ojos color avellana gigantes cuando se posaban en su mirada... y empezó

Carta 1
Me canse de andar con la mirada perdida, buscando algún detalle, alguna casualidad que nos una., también de las canciones de amor de la radio, llenas de palabras vacías,  del café de la mañana, de la tortura de este lunes gris.
Me canse de sentirte mía, tan mía a pesar de la circunstancias, del tiempo, y de una realidad que me golpea ante tanta monotonía.
Me canse de inventar historias de amor, de crear finales diferentes al nuestro. Me canse de  Marquez y  Benedetti, y de esas letras que me hacen recordarte.
Me canse de extrañarte y de maldecir por todas aquellas cosas que jamas dije y que quizás necesitabas oír...

lunes, 14 de enero de 2013



Miraba de refilon las hojas del escritorio, no podía hilar mas de tres palabras seguidas y por si esto fuese poco su mundo era un caos. Buenos Aires lo recibía con una tormenta de verano, esas de los días domingos que lo dejan a uno con mas dudas que certezas,esas que hacen dudar  hasta de la verdad mas absoluta, al fin y al cabo que era la verdad?, quien dice que es mentira y verdad?, lo único verdadero era la luz del baño y la sala a media sombra, un tango oxidado de fondo, y en su escritorio una carta sin  destinatario con palabras que jamas se animo a decir por ese miedo idiota que lo paralizaba. Y en esa carta decía que se había cansado de dar vueltas por ciudades,por calles sin nombres, por esquinas llenas de historias de amor, que se había cansado de su ausencia, de andar con la mirada perdida buscándola por cualquier lugar, imaginándola perdida entre la gente.
Soltó una lagrima cobarde que se paseo por su rostro, afuera llovía como la primera vez, tomo de nuevo la pluma y siguió escribiendo tratando de esconder su pena, soñando que quizás algún día la encuentre perdida en medio de tanta gente...

La sombra

   > Una plaza vacía. Gris. Silencio espeso. Un banco olvidado, casi congelado en el tiempo. Ahí, un cuaderno. El mismo de siempre. Lleno...