Eva no llegó.
Apareció.
No caminó hacia mí, no pidió permiso. Se deslizó entre los restos de una noche que no terminaba, justo en el punto más oscuro del abismo.
Fue un susurro. Pero no suave. No tierno.
Fue un susurro que estremeció.
Un golpe seco envuelto en una voz que no tenía rostro, pero que era mía.
En medio del caos, cuando nada tenía sentido y todo pesaba,
Eva estaba.
No dijo nada, y sin embargo lo cambió todo.
Era una figura sin cuerpo, sin pasado, sin promesas.
Una presencia irreal.
Pero tan real como el dolor que me ahogaba.
Impactante. Inesperada.
Eva fue la grieta.
La fractura donde entró la primera luz.
Y aunque no sabía quién era,
supe que no estaba solo.
Tu narrativa,tu prosa poetica es envolvente,magica,hermosa,ya lo dije antes.Te felicito.Un abrazo grande!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus visitas y devoluciones.un gusto leerte también
EliminarHermoso como todo lo que escribi... tan dulce.. tan tierno!!😍
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita!!
EliminarNunca eatás solo
ResponderEliminarGracias por visitar
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