miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tenia ganas de decirte algo,
no se de donde nace esa necesidad,
supongo que será la lluvia,
ese lindo regalo de la siesta que oscurecía las terrazas de las casas,
con el reflejo plateado de las nubes
y regaba los techos de los autos y los pastos de las casas viejas en el barrio,
un hombre en tanto miraba el agua como caía por las canaletas
y buscaba algo en los dinteles de las puertas
y que lindo regalo la lluvia.
Y no se, me dieron ganas de decirte algo,
mientras miraba al hombre que parado tomaba su mate
y le tiraba la yerba a una maseta vieja,
de verte tal vez reír y ese brillo de tus ojos tiernos
Se que no existe un lazo que nos una,
una cuestión que me lleve hasta tu puerta
y me imagino como seria llegar hasta tu puerta
mojado por esta hermosa lluvia que me cae del cielo
y me hace pensarte, colgado,
colgado de los cables anda un pedacito de viento
que remonta algo invisible y lo miro,
como los perros que esperan que pare el agua,
asi lo miro y le busco el olor al aire,
olor a tierra mojada a campo recién amanecido,
nostálgico pero lindo.
Así es a veces la siesta de diciembre,
yo nunca escribo, o sueño, o miro los cables en diciembre,
casi siempre estoy esperando que venga el año nuevo
y limpie las cosas malas del viejo,
pero acá me tenes,
pensándote en diciembre
revisando recuerdos, fotos viejas, amigos, familia
cosas de todos los días…
ya vas sabiendo de a poco que me gustan las cosas de todos los días
que me pierden las cosas complejas
que lo simple es mas bello, siempre es mas bello
porque viene de la nada, y se hace todo
como la lluvia esta, de la siesta, que de a poco se hace calles húmedas
y olor a tierra mojada, autos brillantes y gente que camina rápido
y ganas, que ganas de verte en esta lluvia de la siesta
.

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