Donde quiera que estés, te echo de menos,
sin saber cómo son bares y amantes
en los que dejas ahora cuerpo y alma,
y donde sueñas las noches y los besos.
Pero te echo de menos muchas veces.
Sin saber qué amor hay entre tus manos,
ni quién rompe los besos de tu boca,
o quién hace caminos por tu espalda.
No sé si hay quien se aburre a tu costado,
ni si hay alguien que espera en un teléfono,
o si recibes cartas con poemas
o estás, igual que entonces, triste y sola.
Nada sé, vida mía, de tu vida.
Nada conozco, amor, de tus amores.
Nada sé, dolor mío, de tus lágrimas,
mas sé que echo de menos el saberlo.
Donde quiera que estés, dime aunque sea
mentira que te acuerdas de mi nombre.
Que recuerdas mis labios en tus pechos,
y que me echas de menos donde quiera
que esté ese corazón que has olvidado.
domingo, 24 de octubre de 2010
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